jueves, 23 de febrero de 2017

Hablamos de La política monetaria y la inflación!!




  
Hoy, como parte de ejercicio de las TIC,s en el aula, para el alumnado de 1º de Bachillerato de Economía del I.E.S. Levante, vamos  a hablar sobre otros temas importantes no sólo en nuestra asignatura  de Economía, también es de principal importancia en la economía de nuestro país y entorno, como son La Política monetaria y la Inflación.
  
    Antes de hablar de la política monetaria, debemos hacer una serie de consideraciones. En primer lugar debemos indicar que si en una economía hay más dinero en circulación, es lógico pensar que se producirán más transacciones, sin embargo, si el dinero no circula se producirán menos. Parece lógico pensar también que a mayor número de transacciones habrá más crecimiento económico, por lo que las autoridades deberían favorecer este extremo. El problema viene porque en una economía de mercado, un exceso en el número de transacciones suele provocar elevados niveles de inflación lo que con posterioridad dañará la economía. Es aquí donde entra la política monetaria con la misión de conjugar ambos el crecimiento de la inflación sin que esto desemboque en una escalada de los precios.


    Por lo tanto, la política monetaria, es el conjunto de medidas tomadas por el Banco Central Europeo (BCE) para alcanzar los objetivos perseguidos por la autoridad monetaria mediante la ampliación o reducción de la cantidad de dinero en circulación y la alteración de los tipos de interés.

    En España y en los países que han adoptado el euro como moneda única, la autoridad monetaria y el banco central en cuestión son la Unión Europea y el Banco Central Europeo. El organismo que cumple las funciones relacionadas con la política monetaria desde el 1 de enero de 1999 en la zona euro es el Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC).

    Las funciones del SEBC en lo que respecta a su actuación en la zona euro son las siguientes:
 
Decidir y ejecutar la política monetaria de la Unión Europea.
Realizar operaciones de cambio de divisas.
Promover el buen funcionamiento de los sistemas de pago.
Supervisar las entidades de crédito.
Garantizar la estabilidad del sistema financiero.

Los Principales instrumentos monetarios


     Los principales instrumentos monetarios de los que se vale el SEBC para llevar adelante la política económica son:

   a) El mecanismo de reservas mínimas incrementa o reduce la liquidez del sistema bancario al obligar a las entidades de crédito de la zona euro a mantener un determinado coeficiente de caja, ya sea en el banco central correspondiente o en efectivo.

   b) Las operaciones de mercado abierto son, sin duda, el principal instrumento monetario de política monetaria europea. Estas operaciones desempeñan un papel fundamental en la política monetaria del Eurosistema a efectos de controlar los tipos de interés, así como de gestionar la cantidad de dinero en circulación. En las operaciones de mercado abierto, el BCE subasta periódicamente activos financieros a un tipo de interés, que puede ser fijo o variable, y en una cantidad determinada. El tipo de interés que fija el BCE en estas subastas sirve como referente para el conjunto de la economía.

   c) Las facilidades permanentes, como su nombre indica, son facilidades de liquidez que reciben los bancos comerciales del banco central de su propio país instrumentalizadas mediante operaciones (a un solo día) de concesión de créditos o de absorción de depósitos, según corresponda. Dichas facilidades influyen sobre los tipos de interés y la cantidad de dinero en circulación. Puesto que no precisan autorización del BCE, éste es el único instrumento en cuya aplicación gozan de autonomía los bancos centrales de los países de la UE.

Efectos sobre la economía



     Las decisiones de la política monetaria única son adoptadas por el Consejo de Gobierno del BCE. Su ejecución es llevada a cabo por los bancos centrales de los países integrados en la zona euro. Básicamente, las decisiones de política monetaria versan sobre dos cuestiones fundamentales: la cantidad de dinero en circulación y el precio del dinero.

Diferenciamos dos tipos de políticas:

Políticas expansivas. 

El aumento de la oferta monetaria se logra prestando mayor cantidad de dinero a los bancos, bajando el tipo de interés o disminuyendo el coeficiente de caja. En consecuencia, el sistema bancario se encuentra con que dispone de abundante dinero barato y lo presta en condiciones similares a las familias. De esta forma, baja el volumen de intereses que hay que pagar y aumenta la renta de la que disponen las familias para consumir y las empresas para invertir. Al aumentar la demanda agregada, suben también la producción y el empleo. Los precios no deberían subir siempre que las empresas sean capaces de producir todo lo que se demanda, con lo cual no tiene por qué haber inflación.

Políticas restrictivas. 

La disminución de la oferta monetaria se consigue prestando menor cantidad de dinero a los bancos, subiendo los tipos de interés o aumentando el coeficiente de caja. Si se incrementa el volumen de intereses que hay que pagar o resulta más difícil acceder a nuevos préstamos debido a la subida del precio del dinero, entonces las familias consumirán menos y será menor el número de inversiones empresariales que compensen un pago alto de intereses. Por tanto, descenderá la demanda agregada y con ella la producción y el empleo. Ante la falta de demanda, los precios se estancarán e incluso pueden bajar.

    En definitiva, las políticas monetarias son las medidas de las que se vale el BCE para conseguir que en la economía exista más o menos dinero en circulación disponible para familias y empresas, de lo cual depende en gran medida que los tipos de interés para acceder al crédito sean más altos o más bajos.

La Inflación


    Del latín inflatio, el término inflación hace referencia a la acción y efecto de inflar. La utilización más habitual del concepto tiene un sentido económico: la inflación es, en este caso, la elevación sostenida de los precios que tiene efectos negativos para la economía de un país.

    Otra forma de definirlo es como la disminución del valor del dinero respecto a la cantidad de bienes o servicios que se pueden comprar con dicho dinero. Es decir, si tenemos un servicio, como puede ser ir en autobús de Algeciras a Madrid, y el precio de este servicio aumenta con el tiempo, tenemos inflación. También podría verse como que el valor del dinero ha menguado, debido a que para un mismo servicio, hay que pagar más dinero.

    Desde luego la inflación es un aspecto muy importante de la economía, ya que algunos de los desastres económicos más importantes que ha habido en el mundo se debieron a una descontrolada inflación (también llamada hiperinflación). Por ejemplo, en Alemania en los años 20 hubo temporadas de hiperinflación, y los precios subían tan rápido que lo primero que hacía la gente al cobrar el sueldo era comprar comida para el resto del mes, puesto que si se guardaban el dinero, en unos días no servía para nada. Esto genera muchos problemas no sólo para la gente, sino también para las empresas, que no tienen un marco estable para prosperar y acaban desapareciendo, con el incremento del desempleo.

Lo ideal es que los precios aumenten un poco (muchos bancos centrales fijan el objetivo de la inflación en 2%), pero una disminución de precios, llamada deflación, tampoco es buena para la economía, ya que se entra en una espiral peligrosa: como los bienes y servicios bajan de precio, lo lógico es retrasar las compras y las inversiones (mañana será más barato), las empresas no ganan dinero y desaparecen, generando desempleo.

     Para poder controlar la inflación hay que medirla, y la forma más común de hacerlo es creando una cesta de bienes y servicios ponderada según lo que se quiera medir. Por ejemplo, en España el índice que se suele usar es el Índice de Precios al Consumidor, IPC, que indica porcentualmente la variación del precio promedio de una cesta de bienes y servicios de un consumidor típico.

La inflación puede estar provocada por múltiples factores, pero los más destacables son la inflación de demanda y la inflación de costes. La inflación de demanda sucede cuando la demanda de un bien sube más rápido que la oferta, y el sector productivo no se puede adaptar con rapidez. La inflación de costes sucede cuando los costes de la producción suben, por ejemplo por el encarecimiento de las materias primas, y las empresas mantienen sus márgenes mediante una subida del precio de sus productos. A veces se habla también de una inflación estructural, que se produce cuando se entra en una espiral de subir precios, subir salarios, subir precios de la que es muy difícil salir. Es por ello que cuando hay inflación en un país, sobretodo provocada por el aumento de las materias primas, se oyen recomendaciones de tener moderación salarial. Si los sueldos suben, los costes de las empresas también, y se repercutirá dichos incrementos en los precios finales, con lo que se volverán a subir los sueldos… Puede que incluso la subida de las materias primas haya pasado y el país se quede encerrado en una espiral de inflación.

Consecuencias positivas de la inflación


       Si bien este término suele evocar épocas de crisis económica y desesperación por parte de los ciudadanos ante el aumento aparentemente imparable de los precios, la inflación también acarrea una serie de fenómenos positivos.

    Según el keynesianismo, los salarios nominales tardan menos en incrementarse que en ajustarse hacia el descenso; cuando éstos son sobrevaluados, dicha particularidad puede llevar a un desequilibrio que dure mucho tiempo, lo cual resulta en un gran porcentaje de desempleo. Teniendo en cuenta que la inflación no superaría los salarios reales si los nominales no cambiaran, los keynesianos aseguran que, en cierta medida, la inflación puede ayudar a los mercados de trabajo a equilibrarse más velozmente.

Uno de los medios más comunes para controlar la oferta de dinero es la posibilidad de establecer una tasa fija de descuento, la que los bancos deben usar para solicitar un préstamo al banco central; por otro lado, también se pueden realizar operaciones de mercado abierto, o sea que el banco central intervenga en el mercado de bonos para impactar en las tasas de interés nominal. Cuando una economía está atravesando una crisis y ve una baja en su interés nominal, llega un punto en el cual el banco no puede reducir más las tasas, dado que se convertirían en números negativos, y este fenómeno se denomina trampa de liquidez. Nuevamente, un cierto grado de inflación suele asegurar que dichos valores no se acerquen al cero, ofreciendo a las entidades bancarias la posibilidad de reducirlos cuando así lo necesiten.

Como demuestra la historia de ciertos países, un alto grado de inflación puede desembocar en una veloz expansión económica. Una de las razones para esto es que las inversiones de tipo financiero ven su rentabilidad neta (que se obtiene restando al interés nominal la inflación) decrecer considerablemente, lo cual vuelve más tentadoras las inversiones no financieras. Más aún, es importante notar que las medidas de tipo antiinflacionista han demostrado en más de un caso afectar negativamente la economía, como se puede apreciar en el decaimiento que sufrió Brasil en el año 96 y Sudáfrica en el 94.

     Confiemos que haya servido para aclarar algunos conceptos y mejorar el conocimiento del tema tratado.



Fuentes:
Economía 1º Bachillerato.Algaida.
Blog Salmón


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